La luz como compañera de vida

El Sol es fundamental para la vida sobre la Tierra. Proporciona luz, calor y energía. En el caso de los seres humanos, ese calor solar no es tan determinante como para otros animales, ya que no dependemos tanto de él a la hora de regular nuestra temperatura corporal, sino que es nuestro metabolismo el que se encarga de hacerlo. Su luz, por el contrario, sí que es indispensable en nuestra vida. Además de influir directamente en ese metabolismo, se constituye en elemento esencial para la salud: entre otras cosas, contribuye a que la sangre circule correctamente, cuida la piel, ayuda a sintetizar la vitamina D y mejora el sistema inmunitario. La luz del Sol, además, marca los ritmos biológicos, influyendo en la calidad del sueño, e incrementa la vitalidad. En definitiva: es también un elemento importante para cuidar nuestra salud mental. 

Comodidad y alegría, las sensaciones que provoca la luz natural en casa.

De ahí la importancia de la luz natural en los espacios interiores en los que pasamos buena parte del tiempo. Nuestra vivienda es uno de los principales y ha ido ganando mayor peso, sobre todo ahora que el teletrabajo está extendiéndose. En casa realizamos actividades esenciales como comer o descansar, pero también dedicamos parte de nuestro tiempo al ocio, ya sea para leer un buen libro o para ver una película junto a la familia, para cocinar o para disfrutar de un vino con los amigos, así como para jugar con los más pequeños de la casa. En este contexto, una vivienda con una buena y cuidada iluminación natural no solo mejora nuestra vida, sino que nos lleva a querer pasar más tiempo en ella. Una vivienda luminosa genera sensaciones positivas: comodidad, felicidad, bienestar... Pero, además, la luz en nuestro hogar se convierte en expresión de calidad de los espacios que disfrutamos e, incluso, en una herramienta de decoración. Sin renunciar a la sofisticación y la belleza, nos permite crear espacios acogedores y alegres. A ello se une la eficiencia energética, ya que permite utilizar menos energía tanto para iluminar nuestro día a día como para calentar los espacios en invierno.

La calidad pasa también por el diseño con luz natural

La optimización de la luz natural se convierte así en uno de los grandes retos a la hora de proyectar una vivienda. Los diseños abiertos al exterior permiten al Sol entrar directamente en nuestra vida. Los grandes ventanales consiguen también que penetre más luz en nuestro hogar. La luz natural es, además, un gran amplificador: genera una sensación de amplitud y profundidad, también en espacios grandes, y destaca los efectos decorativos con los que solemos dar un toque personal a nuestra casa.

En Single Home estamos comprometidos con la calidad en todos sus aspectos y, por ello, nuestros arquitectos han tenido muy presente la importancia de la luz natural en la vida de los residentes de nuestras promociones en el noroeste de Madrid. En el Mirador de Aravaca, por ejemplo, han jugado con luz y sombra, con el contraste entre la solidez de las fachadas que nos protegen y la ligereza del cristal en grandes paños. El astro rey es el gran protagonista en el solárium de las viviendas de la última planta, pero su luz también tiene una importancia extrema en las grandes terrazas a las que se accede directamente, como si de una prolongación de la vivienda se tratara, en el piso inferior, así como en los jardines privados de los bajos. En Dr Balmis I, por su parte, los grandes ventanales hacen las veces de pared y enmarcan el exterior desde el interior de nuestra vida. Y en Pardo de Aravaca, la luz que entra en nuestro hogar es la de un panorama sin igual: el de un bosque mediterráneo. Esa luz cobra también relevancia en las amplias cocinas de esta promoción, en la que la energía solar se utiliza, además, para cubrir una parte de las necesidades energéticas.